domingo, 19 de febrero de 2017

Evita, después de su operación



14 de noviembre, el regreso. Dr. Jorge Albertelli (el ginecólogo de Eva Perón relata el regreso a la Residencia Presidencial luego de la intervención quirúrgica a la que fuera sometida el 6 de noviembre de 1951)
“Había gran alboroto en el ambiente del hospital y fuera de él.
El personal se había lineado en forma espontánea en el camino que seguiría la camilla. La aparición de la paciente motivó un estallido de aplausos y voces de aliento, que continuó ininterrumpidamente hasta la entrada a la ambulancia de la Fundación, donde fue colocada la enferma para su traslado. Eva Perón, visiblemente conmovida, saludaba fatigosamente con la mano. Lloraba. Cayeron flores. La multitud, casi todas mujeres, se acercaban de manera peligrosa al vehículo.
El cuadro era realmente emocionante, sin la más mínima intención de homenaje orquestado. Era el pueblo que estaba presente, con su emoción, alegría y pena.
Nadie puede ponerlo en duda y digo esto sin rastros de apasionamiento. La acompañé en la ambulancia con la enfermera de turno, creo que era María Eugenia.
El vehículo se puso lentamente en marcha y se formó de inmediato una larga fila de carruajes, colectivos, camionetas, autos, que acompañaron por un largo trecho a Eva Perón. Un gentío emplazado a ambos lados en las primeras cuadras del trayecto, demostraba su alegría y adhesión.
Rememorando la escena, emocionante, comprendí qué grado de amor, no obsecuencia, existía en toda esa gente humilde que había depositado sus más caros sentimientos en quien veían como la reivindicadora de sus derechos.
Sin inconvenientes llegamos a la Residencia.
Las escaleras existentes incomodaron algo el traslado de la camilla, pero esto se superó sin problemas.
Fue ubicada en su antigua habitación, mejorada en el atuendo.
Depositada en la cama, rompió en sollozos y llanto, posiblemente reprimidos para no dar muestras de flaqueza y se abrazó largamente con su esposo, también visiblemente emocionado. Todos, en silencio, presenciamos esta emotiva escena.”
Dr. Jorge Albertelli, Los cien días de Eva Perón, Cesarini Hnos. Editores, 1994

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